Un Cadillac avanza a toda velocidad por las calles de Nueva York. Es 15 de octubre de 1959 y el conductor, un asturiano de 54 años, avanza ajeno a semáforos y límites de velocidad. Tanto corre que una
La vida de Severo Ochoa fuera del laboratorio: «¡Pero qué has hecho, Severín!»

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