La polenta es uno de esos platos que nunca pasan de moda: económica, rendidora y perfecta para compartir en familia. Acompañada de una buena salsa y quesos derretidos, se transforma en un plato reconfortante que nunca falla en las noches frescas o en reuniones donde la comida casera es la protagonista. Sin embargo, lograr una polenta cremosa y sin grumos puede ser todo un desafío si no se conoce la proporción justa de líquido.

Paulina Cocina, referente indiscutida de la cocina práctica y sabrosa, comparte un truco que cambia por completo el resultado: usar seis tazas de líquido (entre leche y caldo) por cada taza de polenta. Esta medida asegura que la preparación quede suave, húmeda y aterciopelada, sin ese aspecto seco que a veces desanima. Con un par de ingredientes extra y una salsa

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