Cuando se dice Luis Suárez se piensa, inevitablemente, en el goleador uruguayo, el que apareció un poco antes en ese arte de hacer goles. Pero a partir de ahora, a partir del partido contra Venezuela, decir Luis Suárez en Colombia es hablar de un goleador nuestro, propio, samario, potente, demoledor, persistente, lleno de sueños: un día dijo que quería ser futbolista, lo es. Dijo que quería jugar en Europa , lo hizo. Dijo que quería llegar a la Selección , ya llegó. Y como ya dijo que quiere ir al Mundial , probablemente lo hará.
En el partido contra Venezuela de la eliminatoria, el martes pasado, Suárez era un ‘9’ inofensivo. Pasó 42 minutos jugando a despistar a los defensas, porque cuando los vio parpadear, lanzó su primer zarpazo. Hizo uno, dos, tres, cuatro goles, porque si algo tien