EL CHIFLIDO COMO PALABRA
Entre montañas y niebla, los silbidos no son solo música: son conversación, tradición y resistencia lingüística
En lo alto de la Sierra de Juárez, en medio de la neblina que abraza los cerros de Oaxaca, la comunidad de San Pedro Sochiápam guarda un secreto ancestral: los silbidos. No son simples sonidos al viento, son frases, órdenes, preguntas y expresiones completas del cotidiano.
Este lenguaje silbado, variante del chinanteco local, se practica tradicionalmente por los hombres (aunque las mujeres lo entienden), para comunicarse a distancia —a veces hasta más de un kilómetro— sin tener que alzar la voz.
Según lingüistas, tiene al menos 31 tonalidades que permiten sintetizar mensajes complejos, distinciones de acento y entonación que evitan confusiones. Por ej