El impacto de Bad Bunny va mucho más allá de la música. El artista puertorriqueño se ha convertido en un verdadero fenómeno económico para su país, atrayendo turismo, generando empleo y movilizando importantes ingresos con cada uno de sus conciertos y giras.
Cada presentación del “Conejo Malo” representa un impulso significativo para hoteles, restaurantes, transporte y comercios locales, que ven aumentar sus ventas durante los días de espectáculo. Además, su influencia internacional posiciona a Puerto Rico como un destino cultural y musical de primer nivel.
Especialistas destacan que su figura actúa como un amuleto millonario para la isla, combinando éxito artístico con beneficios tangibles para la economía. Con su capacidad de llenar estadios en tiempo récord y romper récords de ven