Mientras investigaba en los archivos la figura del patriota Manuel Belgrano con el fin de hacerle una biografía (entre otras cosas, fue el creador de la bandera de Argentina), el historiador Felipe Pigna (Buenos Aires, 1959) se encontró con un episodio que le pareció fascinante. Una locura. Un capítulo surrealista de la historia de la independencia americana. En 1814, Belgrano fue enviado a Europa por el director supremo, Gervasio Antonio de Posadas, con un encargo muy particular: ofrecerle una corona a algún dignatario europeo con el fin de crear una monarquía en el cono sur de América, que abarcara las actuales Argentina, Perú y Chile. Sería un rey en las Provincias Unidas del río de La Plata. Esto aprovechando la prisión del rey español Fernando VII a manos de Napoleón.
La idea no era