Si tenés algún frasco de vidrio en casa, por ejemplo de mermelada o salsa, no lo tires: con un poco de creatividad podés transformarlo en un objeto decorativo único.

Primero, lavá y secá muy bien el frasco de vidrio para que la pintura se adhiera correctamente y no queden restos de humedad. Luego, aplicá pintura a la tiza color blanco con un pincel o esponja, cubriendo todo el frasco de vidrio y dejando secar completamente antes de continuar con el siguiente paso. Una vez seco, tomá otro color de pintura y, con un pincel diferente, dibujá formas grandes sobre el frasco. Pueden ser círculos, cuadrados o figuras abstractas según tu estilo. Esperá a que la pintura esté firme antes de pasar al detalle final, para que no se corran los colores.

Finalmente, con un fibrón dorado indeleble

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