Escribe Carlos Comparato
(carloscomparato@gmail.com)
La soledad no es un formato aconsejable en el terreno de la política. Vociferar y manejarse en un mundo atolondrado sustentado en un imaginario inasible no termina bien. El síndrome se podría metabolizar de distintas maneras. Javier Milei y su minúsculo séquito encabezado por su hermana Karina son los protagonistas de ese síndrome que no dejaría de ser el guion de una serie fantasmagórica de Netflix si no fueran la cabeza del Poder Ejecutivo Nacional. ¿Cómo sigue?
Argentina enfrenta el fin de un ciclo del sistema político tal como se articuló a partir de la crisis del año 2001. Eso explica este farragoso presente. Ni los frentes o alianzas que nacieron allí hoy sobreviven, ni tampoco una decadente dirigencia política desorientada qu