Las elecciones en la Provincia de Buenos Aires han desatado una crisis financiera sin precedentes. Las encuestas fallaron en predecir el resultado, pero los analistas coincidían en que una derrota de La Libertad Avanza provocaría un éxodo de inversores. Tras una diferencia de más de 13 puntos, el impacto fue inmediato. El valor de mercado de las empresas cotizantes cayó en USD 8.000 millones solo el lunes, según Delphos Investment.
El miércoles, tras una breve pausa, el desplome continuó. En un mes, las acciones bancarias han perdido entre el 45% y el 50% de su valor en dólares. Las comparaciones con la victoria de Alberto Fernández en las PASO de 2019 son inevitables, aunque en esta ocasión solo se elegían legisladores bonaerenses. La próxima elección legislativa nacional está a un mes y medio, pero el resultado contundente ha reavivado los temores en el mercado.
Los inversores enfrentan dos grandes incógnitas. La primera es si el kirchnerismo está más cerca de recuperar el poder. El resultado del domingo sugiere que sus posibilidades han aumentado, aunque en Argentina, dos años pueden ser una eternidad. Horacio Rodríguez Larreta parecía el candidato favorito en 2023 tras su victoria en 2021, mientras que Cristina Kirchner parecía alejada de la política tras su derrota en 2017.
Además de la preocupación por un posible regreso del kirchnerismo, los inversores también temen las dificultades que enfrentará la administración de Javier Milei. Las tensiones internas en el Gobierno, las sospechas de corrupción y la falta de respuesta política tras el resultado electoral han aumentado el malestar en el mercado. Luis "Toto" Caputo reconoció que, aunque ganen las elecciones legislativas, no obtendrán mayoría en las cámaras y necesitarán el apoyo de los gobernadores para avanzar con reformas.
La dinámica del dólar es otro punto crítico. La presión compradora ha llevado la cotización a rozar el techo de la banda cambiaria. Federico Furiase, director del BCRA, aseguró que cuentan con USD 22.000 millones para defender ese techo, que ahora se sitúa en 1.472 pesos. El objetivo es disuadir a quienes desean dolarizarse y alentarlos a permanecer en pesos a una tasa atractiva. Sin embargo, a medida que se acerquen las elecciones, la presión compradora aumentará.
El interrogante sobre cómo se pagarán los USD 10.000 millones de deuda en manos de inversores privados en 2026 persiste. Este tema ha contribuido al aumento del riesgo país, que ha alcanzado niveles de 1.100 puntos básicos. La incertidumbre sobre el valor del dólar necesario para frenar la demanda y acumular reservas se intensifica en medio del proceso electoral.
El tipo de cambio real ha subido un 20% en los últimos tres meses, lo que ha encarecido las importaciones y los viajes al exterior. La situación económica se ha vuelto más compleja, y el futuro del dólar dependerá de las señales políticas. Si el Gobierno logra un mayor respaldo de los gobernadores y un resultado razonable en las elecciones legislativas, podría haber una reducción de la ansiedad en el mercado. De lo contrario, si el kirchnerismo repite su éxito en Buenos Aires, la caída de los activos argentinos podría ser aún más pronunciada.