La última etapa de la Vuelta a España, que se celebra en Madrid, se ha visto marcada por protestas propalestinas que han complicado el desarrollo de la carrera. Los manifestantes han invadido las calzadas, derribando vallas y enfrentándose a la policía. Esto ha llevado a la organización a considerar la posibilidad de modificar o acortar el recorrido de la etapa, que se detuvo temporalmente debido a la intervención de los manifestantes.

La etapa, que abarca 103 kilómetros entre Alalpardo y Madrid, se ha convertido en un escenario de tensión. A medida que el pelotón se acercaba a la meta, los manifestantes, que portaban banderas y gritaban consignas, interrumpieron el paso de los ciclistas. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se unió al pelotón en el coche del director de la carrera, Javier Guillén, mientras la situación se tornaba caótica.

Jonas Vingegaard, el danés que se coronará campeón, expresó su comprensión hacia las protestas, afirmando: “Todo el mundo tiene derecho a protestar. Entiendo el motivo, aunque es una pena que tenga que suceder aquí”. A pesar de la tensión, la organización ha reforzado la seguridad, desplegando 1.500 agentes para vigilar el evento.

Las manifestaciones han sido una constante a lo largo de la Vuelta, afectando a seis de las últimas diez etapas. En la penúltima jornada, un grupo de manifestantes interrumpió la carrera, obligando a los ciclistas a esquivar por los arcenes. La situación ha generado un clima de incertidumbre, con la organización intentando mantener el protocolo festivo en medio de las protestas.

El ambiente en la Castellana, donde se celebra el cierre tradicional, es inusual. La mezcla de celebración deportiva y tensión política ha marcado esta edición, que se recordará como una de las más convulsas de la historia reciente. La comunidad política también ha reaccionado, con la Comunidad de Madrid denunciando los actos violentos y el líder de la oposición pidiendo condenas al Gobierno. Mientras tanto, el equipo Israel-Premier Tech ha optado por el silencio en medio de la controversia.