Muy apreciado lector, en este domingo XXIV del Tiempo ordinario (Ciclo C), la Palabra de Dios nos enriquece con el Libro del Éxodo (Ex 32,7-11.13-14), el Salmo 50 (Me levantaré y volveré a mi padre), la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (I Tim 1,12-17), y el Evangelio de Lucas (Lc 15,1-32). El tema central: El Padre Misericordioso siempre espera al hijo perdido, sale a su encuentro para invitarlo al banquete familiar.
Deseo compartir esta reflexión en cuatro pequeños apartados:
El contexto de las parábolas de la misericordia. Los fariseos y los doctores de la Ley critican el que Jesús se acerque, acoja y se siente a la mesa con recaudadores de impuestos, con gente despreciada o marginada, en pocas palabras, con gente pecadora.
Las tres parábolas están dirigidas a sus detrac