Después de los buenos resultados que le pronostican a Vox las encuestas –la última, el CIS, estimaba en un 17,3% su intención de voto–, Santiago Abascal quería aprovechar la cumbre de los Patriotas celebrada este fin de semana en el madrileño pabellón de Vistalegre para exhibir sus alianzas internacionales y tomar impulso de cara al nuevo curso político. Pero la ausencia de líderes y dirigentes de peso, como la de los presidentes de Argentina, Javier Milei, de Hungría, Viktor Orbán, o de Italia, Giorgia Meloni, que intervinieron de forma telemática, o de la francesa Marine Le Pen, que no participó en el acto, dejaron una imagen algo deslucida del encuentro, alejada del poder de convocatoria mostrado en anteriores ocasiones.
La última jornada de este domingo de Europa Viva 25, a la que acu