Iba en su moto y tiene quemaduras en 90% de su cuerpo. El casco le salvó el 10% restante
“Mi hermano trabaja en una app de reparto y desgraciadamente estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada”, dice David, hermano de Eduardo Romero Álvarez, víctima de la explosión de la pipa en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa.
Eduardo, de 30 años, manejaba su motocicleta atrás de la pipa que volcó y estalló el miércoles pasado. La onda expansiva lo alcanzó y le dejó quemaduras en 90% de su cuerpo. Sólo se salvó la parte que le cubría el casco, asegura su hermano. Su cabeza y su rostro.
A cuatro días de la tragedia, su familia tiene fe en que saldrá adelante.
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