La estadística es fría y dice lo que ha ocurrido en el pasado sin emoción alguna. Pero también sirve para tomar nota de cara a lo que viene por delante. Y el Athletic puede dar fe de ello, cuando este martes mismo inicia su tercera aventura en la Champions League desde que la máxima competición continental tomara el relevo nominativo a la antigua Copa de Europa.

No en vano, el conjunto rojiblanco no sabe lo que es vencer en el partido inaugural de la fase de grupos o de liguilla de la Champions, una inercia negativa que quiere romper en esta edición, en la que se estrena en San Mamés ante el Arsenal de Mikel Arteta, un conjunto de alto standing, semifinalista de esta competición el último curso. La misión es complicada para el colectivo que dirige Ernesto Valverde, que debe pasa

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