En el corazón de Guadalajara, donde el tenis femenino vivió una semana vibrante, la tenista colombiana Emiliana Arango protagonizó una de esas historias que mezclan dolor, valentía y gloria a medias. Aunque no pudo alzar el trofeo del Abierto de Guadalajara, la antioqueña dejó sobre la cancha mucho más que talento: dejó un ejemplo de resistencia, coraje y amor propio que conmovió a quienes presenciaron la final.

Su rival, la joven estadounidense Iva Jovic, de apenas 17 años, se quedó con el título tras imponerse por 6-4 y 6-1 en un duelo que, más allá de lo deportivo, estuvo marcado por el estado físico de Arango. Desde los primeros intercambios de golpes, se notaba que algo no estaba bien en ella. Su rostro pálido, las pausas tras cada punto y la forma en que se ponía de cuclillas con un

See Full Page