Es ilimitada la capacidad de los delincuentes para buscar beneficios económicos de sus víctimas. Creemos verlo todo cuando leemos que torturan, mutilan y privan de la vida a personas inocentes con idéntico o mayor sadismo que a sus enemigos también criminales.

Remitimos tal deshumanización casi siempre a personalidades psicópatas que dañan solo por el placer dictado por determinada patología, no por interés lucrativo. Son casos no frecuentes en nuestro país.

Pero tenemos que feroces actos iguales o peores a esos son aplicados en Ciudad Juárez por hombres y mujeres integrantes de formidables grupos delictivos con imaginación inagotable para obtener dinero sin reparar en el sufrimiento ni en la vida de las personas de bien.

Durante las últimas semanas hemos presentado en las páginas de El

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