Los trabajos de batimetría llevados a cabo en el lago de l’Albufera en los últimos meses revelan una mayor contaminación del enclave protegido tras las inundaciones del 29 de octubre. También la presencia de enseres mezclados con el fango. Todo ello pese a las tareas de retirada de residuos en las semanas posteriores a la riada por parte de las distintas administraciones implicadas en el parque natural como de colectivos ambientalistas. «Se ha hecho mucho trabajo, pero el daño ha sido importante», apuntan desde el departamento de Ingeniería Cartográfica de la Universitat Politècnica de València.

La huella de todo lo arrastrado por la tromba de agua y barro de aquel día es mayor en el área próxima al barranco del Poyo. En todo caso, desde la UPV inciden en que se trata de pruebas muy preli

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