Supongo que es porque hay muchas iglesias (cuanto menos, es la impresión que me llevo siempre que voy), pero este fin de semana se ha producido un milagro en Tàrrega . De hecho, este fin de semana se ha vivido más de uno, de milagros, en la capital del Urgell.

Triple milagro

Un primer milagro es que, mientras diluviaba en buena parte del país, allí lucía un sol despampanante. Parace una tontería, pero no es menor. Te levantas tronando en el exterior y te preguntas: "¿Y si llueve allí también?". Te sacas la pereza de encima, aunque todas las previsiones indican lluvias, coges el coche y que sea lo que tenga que ser. Enfilas la A2, superas Montserrat anieblada, pasas de largo Igualada grisácea y, de repente, se abre un claro que se va afianzando a medida que te acercas a Tàrrega con un

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