La posibilidad de que se revise la decisión de la Unión Europea de prohibir la venta de vehículos de gasolina y diésel a partir de 2035 ha reabierto la división entre las empresas del sector. Mientras unas buscan impulsar el vehículo eléctrico para agilizar la descarbonización del transporte ligero por carretera, otras se resisten al cambio y advierten de que es un error jugársela a una única tecnología.
La industria confrontó ambos modelos durante el diálogo estratégico sobre el futuro de la industria automotriz europea, que se celebró este viernes 12 de septiembre.
De telón de fondo, la batalla entre eléctricas y las petroleras que están desarrollando combustibles de origen no fósil, con cero emisiones netas de CO2, si se tiene en cuenta todo su ciclo de vida y no solo lo