Cuando una enfermedad crónica llega a un hogar, no solo transforma la rutina diaria, también sacude la estabilidad económica de toda la familia.

Los gastos médicos, tratamientos prolongados y ajustes en el estilo de vida se convierten en una carga que afecta el bolsillo y la tranquilidad emocional de los pacientes y sus cuidadores.

Ese fue el caso de Kellyan Morales, quien relató a EL VOCERO cómo toda su familia se volcó ayudar para cubrir los gastos de su tía, diagnosticada con cáncer.

“En cuestión del impacto económico ante la enfermedad fue bien cuesta arriba porque mi tía tenía su plan privado, pero con tantos tratamientos como quimioterapias, radioterapias y varias hospitalizaciones, el plan privado dejó de brindarle los servicios. A esto se le suma que ella dejó de trabajar”, ex

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