El Mundial japonés ya consagró a una de sus grandes estrellas, ya que el saltador ratificó su clase y logró batir su propia marca por decimocuarta vez.

Armand Duplantis volvió a volar con su garrocha en el Estadio Olímpico de Tokio para coronarse de nuevo, por tercera vez en su carrera, campeón del mundo, un logro que también llegó con un nuevo récord, esta vez de 6,30 metros, en su último intento.

Hace mucho tiempo que Duplantis compite contra sí mismo y en cada prueba a la que va la única duda que reside en el espectador es saber con cuánto margen de diferencia ganará respecto a sus rivales y si habrá récord del mundo o no. Su superioridad es tan apabullante que en Tokio, en la ronda de clasificación, quizás excesivamente larga al ser muchos los participantes, se le vio en varios momen

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