Cuando llega septiembre, los barrios, las fondas y hasta los patios de las casas se llenan de vida. Y es que además del asado y la música, vuelven a tomar protagonismo los juegos típicos chilenos , una tradición que mezcla destreza, creatividad y mucha risa compartida.

El emboque , quizás el más emblemático, reta a chicos y grandes a encajar el palito en el hoyo del madero, desatando la ovación cuando alguien logra la jugada perfecta. La rayuela , conocida como “la madre de los juegos de mesa chilenos” y reconocida oficialmente como deporte nacional , enfrenta a jugadores que lanzan tejos con precisión hacia la “moñera”.

El trompo es otro infaltable. Con su piola, se lanza al suelo para girar con fuerza y mantenerse en equilibrio. Para muchos abuelos y padres, enseñar a los niñ

See Full Page