Un grupo de turistas esperaba las explicaciones de su guía junto a la iglesia de los Jerónimos, ajeno a lo que ocurría unos metros más abajo, entre Neptuno y Cibeles, en Madrid. La Vuelta a España terminó de manera abrupta tras la intervención de manifestantes que bloquearon el paso de los ciclistas, en un incidente que dejó al menos 22 policías heridos y dos manifestantes detenidos.

Más de 1.800 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, sumados a 700 efectivos de la Policía Municipal y de Movilidad, no lograron contener a las masas que interrumpieron la carrera. Aunque las protestas se reivindican como pacíficas, la organización ya había cerrado la fan zone antes de la etapa por motivos de seguridad. Tras la salida desde Alalpardo, los ataques a la Vuelta aumentaron en intensidad, de

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