La Corte Suprema de Brasil ha impuesto severas penas al expresidente Jair Bolsonaro y a otros siete acusados, incluidos tres oficiales militares de alto rango, por conspirar contra la democracia e intentar un golpe de Estado. En el caso de Bolsonaro, la sentencia fue de 27 años y tres meses. Pero ese no es el final de la historia.

El juicio y la condena de Bolsonaro marcan un logro histórico en un país que ha sufrido intentos de golpe de Estado, liderados o con la participación de los militares, y dos dictaduras, la más larga de las cuales duró de 1964 a 1985. Además, la decisión de la Corte Suprema (conocida por su acrónimo en portugués, STF) coloca a Brasil entre los pocos países que han investigado, acusado y condenado a golpistas con el debido proceso legal.

Todo esto justifica u

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