En países como Estados Unidos o el Reino Unido, una persona cambia de propiedad entre ocho y 10 veces en su vida. En Argentina, apenas lo hace una o dos. ¿Qué hay detrás de esa brecha? El fenómeno puede explicarse a partir de tres factores clave: una cultura de permanencia, falta de crédito y un mercado poco dinámico, lo que impacta en el acceso a la vivienda y el desarrollo urbano.

¿Cuántas casas compra una persona a lo largo de su vida?

La pregunta puede parecer extraña para los argentinos. Sin embargo, en muchos países desarrollados es un interrogante habitual y revelador. La cantidad de veces que una persona cambia de vivienda propia es un indicador clave de la madurez, flexibilidad y oportunidades que ofrece un mercado inmobiliario. Y Argentina, aunque aún está lejos, tiene el poten

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