La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, “va a la ofensiva” para aplicar un registro horario que permita un cumplimiento real de la jornada y con ello reducir el tiempo efectivo de trabajo. Después del fracaso de la reducción de la jornada legal a las 37,5 horas, llega la hora de la reacción o al menos, del premio de consolación. Intentar por la vía práctica rascar una parte de lo que no se consiguió con el cambio legislativo.

Es el real decreto que ya salió a consulta pública al día siguiente de que el Congreso de los Diputados tumbara las 37,5 horas, y que Trabajo quiere aplicar a marchas forzadas. Un registro horario donde se detalle el tiempo de trabajo especificando si es efectivo o de disponibilidad, o si las horas son ordinarias o extraordinarias; y con garantías de fiabilidad, format

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