El asilo político sigue siendo uno de los últimos refugios para quienes huyen de la persecución. Pero hoy, ese refugio pende de un hilo. La Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) ha endurecido su postura: los casos mal preparados, débiles o con inconsistencias mínimas serán rechazados sin contemplaciones.

En este clima hostil, poner tu vida en manos de un notario o de un “llenador de papeles” no es solo un error: es una condena anticipada a la deportación.

El “ahorro” que puede costar la deportación

Muchos inmigrantes, desesperados por ahorrar, terminan en manos equivocadas. Notarios y “preparadores” ofrecen soluciones rápidas y baratas, pero en la práctica ese “ahorro” se convierte en el precio más alto: tu seguridad, tu familia y tu futuro en Estados Unidos.

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