Desde Pasto —ciudad volcánica, de fuego, de rebeldía y amor territorial— brota una mirada que ha recorrido el mundo para mostrarnos que lo propio también es universal. En esta tierra donde la autonomía se respira en cada montaña y la cultura arde como el Galeras, Verónica Lasso —más conocida como Almaviva — regresa después de una década de viajes, imágenes e historias que capturó con su cámara en los rincones más diversos y asombrosos del planeta.
Pero este regreso no es una pausa: es un acto de compartir. Es traer al sur del sur las voces del mundo, los rostros de otros pueblos, la espiritualidad de culturas ancestrales y la energía viva de la naturaleza salvaje. En cada imagen, Almaviva nos recuerda que ver el mundo también es una forma de entendernos, de reconciliarnos con lo que som