Una investigación sugiere que eliminar la modificación de la hora en verano y en invierno en Estados Unidos produciría una menor incidencia de obesidad y de accidentes cerebrovasculares: el horario permanente evitaría unos 300.000 casos de accidente cerebrovascular al año y reduciría en 2,6 millones el número de personas con obesidad, en comparación con el cambio bianual.

Un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y liderado por científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, concluye que la práctica actual de alternar entre el horario de verano y el horario de invierno es la opción más perjudicial para la salud de la población, superando incluso a la adopción permanente del horario de verano. Los hallazgos sugieren que

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