Cada vez es más habitual observar a personas conversando con sus mascotas como si fueran auténticos interlocutores humanos. Este fenómeno, en ascenso durante los últimos años y acentuado tras la pandemia, suscita interrogantes sobre su trasfondo psicológico.
Hablar con un animal no es únicamente un gesto tierno; según los psicólogos, esta interacción revela rasgos profundos del carácter y la manera de vincularse con el entorno.
De acuerdo con diversos estudios publicados en 2024 y a principios de 2025, las conversaciones cotidianas con perros y gatos reflejan una importante dimensión emocional, que se trabaja a través de lo que se denomina “antropomorfismo” .
Este concepto define la tendencia a atribuir características humanas a los animales, lo que va más allá de la humanización tr