No es flojera, ni es moda. Es un zumbido en la cabeza después de cien videos en fila, el vacío que queda cuando el pulgar se detiene. Brain rot: podredumbre mental. Así lo bautizó la conversación global —y Oxford lo llevó a la palestra como palabra del año en 2024— para describir el deterioro silencioso que deja el consumo excesivo de contenido exprés: atención hecha trizas, memoria corta, pensamiento crítico en pausa, bienestar emocional en jaque (Forbes México, 2024).
Los adolescentes lo explican con otra honestidad: “No puedo terminar una lectura sin checar el cel”; “todo me aburre si no trae música, texto y cortes cada dos segundos”. No exageran. El cerebro aprende a esperar gratificación instantánea: una ráfaga de dopamina por cada clip, meme, reel. El precio se paga caro: concentrac