El actor y director Robert Redford , considerado una de las figuras más influyentes del cine del siglo XX, falleció a los 89 años en su casa de Utah. Las causas de su muerte no han trascendido.

El adiós de una leyenda

Redford deja tras de sí una trayectoria marcada por su compromiso artístico, político y social. Ganador del Oscar a Mejor Director por Gente Corriente (1981) y de un Oscar honorífico a toda su carrera , su legado va más allá de la actuación. Fue creador del Festival de Sundance , que revolucionó el cine independiente y dio voz a nuevas generaciones de cineastas como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh o Robert Rodríguez.

Una carrera impecable en la pantalla

Desde su debut en los años 60, Redford se consolidó como uno de los actores más carismáticos de Hollywood . Entre sus películas más recordadas se encuentran:

  • Dos hombres y un destino (1969)

  • El golpe (1973)

  • Todos los hombres del presidente (1976)

  • Memorias de África (1985)

  • Cuando todo está perdido (2013)

Su última aparición como protagonista fue en The Old Man and the Gun (2018), una despedida elegante y melancólica que selló su retiro del cine.

Más que un actor: director y mecenas cultural

En los años 80 y 90 se reinventó como director con películas de gran prestigio como El río de la vida (1992) y Quiz Show (El dilema) (1994). Su mirada humanista y su apuesta por el cine de autor marcaron una diferencia en una industria dominada por lo comercial.

Con el Festival de Sundance , fundado en 1978, impulsó el cine independiente en Estados Unidos, consolidándose como mecenas y defensor de nuevas voces cinematográficas.

Compromiso político y social

Más allá de la pantalla, Redford nunca ocultó sus convicciones demócratas ni su compromiso con causas medioambientales y sociales. Fue un referente de ética, civismo y responsabilidad artística, una figura que trascendió la fama para convertirse en símbolo cultural.