En la antesala de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas (COP30) en Brasil, el Rainbow Warrior, uno de los barcos insignia de Greenpeace, llega a Colombia para amplificar la campaña “Respetá la Amazonía” y recordar que la selva no se negocia, se defiende.
No es la primera vez que el Rainbow Warrior toca costas colombianas. El barco ya estuvo en Cartagena años atrás, compartiendo con la ciudadanía la fuerza de un movimiento global que ha navegado océanos enteros para denunciar la destrucción ambiental, promover soluciones y amplificar las voces de quienes defienden sus territorios. Hoy vuelve, en un momento crítico para el país y el planeta, con la Amazonía en el centro del debate mundial.
Un símbolo de resistencia ambiental
El Rainbow Warrior no es solo una embarcación: es un símbol