Por Nelson Merchan-Cely

Muchas veces nos enfocamos en gastar lo menos posible, convencidos de que llegaremos al final del viaje sin exceder el presupuesto. Tal vez todos somos un poco así: cada dólar ahorrado parece una victoria.

Veamos lo que ocurrió en mi último viaje al exterior. Mi familia me ayudó a buscar tarifas más accesibles, lo que alivió bastante el bolsillo. Para la primera parte del trayecto, una amiga me llevó en carro hasta el paradero del tren en Mangonia. Desde allí tomé un tren muy cómodo, aunque, como en todo viaje, nunca faltan los imprevistos que dan un toque especial a la experiencia.

El tren de dos pisos tenía como destino final el Aeropuerto de Miami, con unas diez paradas en el recorrido. Sin embargo, mi plan era diferente: debía bajarme en la estación de Fort L

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