Para China, el control del Mar Ártico es clave para su proyecto de expansión geopolítica conocido como la "Ruta de la Seda Polar" , que busca garantizar acceso a recursos energéticos y acortar los tiempos de navegación hacia Europa y Norteamérica.
Dominar estas aguas le permitiría a Beijing consolidarse como potencia marítima global y reducir su dependencia de rutas tradicionales vigiladas por Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, quien posee el control de esta región es otra superpotencia , por la que China estaría dispuesto romper una inexorable alianza que las une e imponer todo su poderío militar para ganar la soberanía.
La tensión entre China y Rusia que puede desatar la Tercera Guerra Mundial
El obstáculo principal para la ambición china sobre el Ártico es Rusi