Los últimos días de vacaciones suelen venir acompañados de cierta tensión o nerviosismo. La vuelta a la rutina, que para muchos representa casi un nuevo comienzo de año, puede convertirse en un verdadero reto tras varias semanas de descanso y desconexión. Este proceso de adaptación, si no se maneja adecuadamente puede generar síntomas como la ansiedad o la apatía . Sin embargo, con estrategias adecuadas y una actitud positiva, este regreso puede convertirse en una oportunidad para replantear objetivos y establecer nuevas rutinas más saludables.

En este sentido, Silvia Morales, psicóloga del área infanto-juvenil y adulto del hospital Hospiten Roca, considera que “es importante que los fines de semana y días libres, que son los destinados al descanso, los dediquemos a recargar las energía

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