Con una longitud que supera los 13 kilómetros y un flujo diario superior a los 140.000 vehículos, el puente Río-Niterói se alza como el puente más largo de Sudamérica . Esta megaobra de ingeniería en Brasil no solo redujo significativamente la distancia entre dos grandes ciudades, sino que también redefinió la conectividad vial en la región sudamericana. Su construcción marcó un antes y un después en el desarrollo urbano del país.
El puente, oficialmente nombrado Presidente Costa e Silva, rinde homenaje al mandatario que autorizó su edificación en 1968. Su historia está marcada por la visión de modernizar el transporte entre Río de Janeiro y Niterói , superando un trayecto terrestre que antes superaba los 100 kilómetros. Hoy, este coloso de concreto y acero representa no solo un