Más de 70.000 personas (70.482 para mayor precisión) aplaudiendo, gritando, disfrutando.
Ha terminado la pelea.
Un hombre levanta el brazo, en un festejo que su lacerado rostro desmiente.
Un hombre cae de rodillas, llorando, mientras un estadio lo ovaciona. Saúl ‘Canelo’ Álvarez, digno en la derrota, ha quedado expuesto en sus falencias .
Ganó la habilidad sobre la fuerza. Y no solamente eso, pues queda flotando en el aire la duda si éste ha sido el último acto de uno de los boxeadores más discutidos y admirados del boxeo moderno.Si las peleas se ganan en el gimnasio, esta fue una prueba concluyente. El Canelo termina de recibir una lección de boxeo frente a un hombre superior.Es muy posible que suenen ahora muchas voces diciendo: «Yo lo había dicho antes». Sucede siempre, ya que mie