El impacto de la reciente devaluación del peso argentino entre mayo y agosto de 2025 no se tradujo en una reducción generalizada de los precios en dólares, ni en una mejora significativa de la competitividad internacional del país. Pese a la suba del tipo de cambio real del 13,5% en ese período, la Argentina mantiene una estructura de precios que la posiciona como un mercado costoso en comparación con otras economías, tanto en bienes durables y en algunos servicios incluidos dentro de un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, a cargo de los economistas Marcelo Capello y Federico Belich.
La suba del dólar de los últimos 4 meses podría interpretarse como una mejora automática en la competitividad de los productos y servicios argentinos frente al resto del mundo. Pero en realidad