Cada día, miles de personas realizan pagos de productos y servicios por medio de dinero en efectivo. Durante estas operaciones, los billetes que circulan en el país sufren un deterioro natural debido al contacto del papel moneda con diversas superficies.

Los billetes que presentan pequeñas marcas, dobleces o suciedad generalmente siguen siendo aceptados en el mercado, ya que no afectan su valor. Sin embargo, cuando el billete está rasgado, quemado, manchado de forma permanente o tiene grandes fragmentos faltantes, la situación es diferente.

Entre las más comunes es cuando los billetes sufren algún tipo de rotura o presentan daños significativos en su superficie, ya sea por el uso diario o por factores externos.

Lo primero que debe hacer una persona es no utilizar pegamentos ni otros

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