La Secretaría de Marina (Semar) atraviesa una de sus mayores crisis de credibilidad tras el estallido del escándalo del huachicol fiscal. Lo que antes parecía impensable —la corrupción en altos mandos navales— hoy ocupa titulares y genera un profundo malestar interno que amenaza con erosionar su prestigio histórico.
El involucramiento de figuras como el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y otros nueve marinos, sumados a funcionarios aduaneros, ha sido una sacudida. La Semar, percibida por años como un baluarte de disciplina y honestidad frente a otras corporaciones, ahora aparece contaminada por redes de complicidad ligadas al crimen organizado.
Los mandos de la Semar lo tienen claro: fueron los propios marinos quienes iniciaron la investigación en 2024 a través de la Unidad de I