La noche en La Plata comenzó tibia, como si la ciudad todavía no supiera que estaba a punto de estallar. Pero bastaron los primeros acordes de Manuel Santillán (El León) para que las ocho mil almas que coparon el Hipódromo entendieran que esto no era solo un recital: era el inicio de un ritual. Los Fabulosos Cadillacs abrieron la nueva edición de Noches Capitales con un vendaval sonoro que sacudió el suelo de la ciudad y puso a todos a bailar como si el tiempo no existiera.

Cuarenta años de historia no pesan cuando la banda sale al escenario como si fuera la primera vez. Vicentico y compañía desplegaron una potencia intacta, una complicidad que sigue viva y que se contagia como electricidad. Los bronces, el bajo hipnótico, la batería incandescente: cada golpe, cada acorde, c

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