Luis Bravo, residente del sector Villa de la Floresta, en la parroquia Las Cocuizas, de Maturín, alza su voz en representación de aproximadamente 300 habitantes que sufren las consecuencias de la falta de servicios básicos en su comunidad.

Según Bravo, la comunidad enfrenta una grave falta de alumbrado público, asfaltado, y sistemas de aguas negras y blancas, lo que ha generado serias dificultades para sus habitantes, quienes han vivido allí durante 15 años.

«La escasa agua que recibimos es resultado del esfuerzo conjunto de los vecinos, que la hemos ido llevando poco a poco. Durante las noches, la comunidad se asemeja a un desierto y las calles están cubiertas de maleza. Lo único limpio es lo que los vecinos han logrado mantener, pero al llover, las calles se inundan debido a la falta d

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