
En el corazón de Muriedas , en el municipio cántabro de Camargo , ha nacido un nuevo punto de referencia para los amantes de la buena mesa: Casa Lucita . Este pequeño gastrobar , que también podría definirse como tasca moderna o incluso garito con alma , ha irrumpido con fuerza en el panorama culinario de Cantabria gracias a su propuesta honesta, creativa y accesible.
Una carta breve, pensada para compartir y disfrutar
Uno de los mayores atractivos de Casa Lucita es su carta: no es extensa, pero está cuidadosamente diseñada. La mayoría de los platos se sirven en mini-raciones , lo que permite al comensal diseñar su propio menú degustación informal , explorando sabores, repitiendo favoritos y combinando platos al gusto. Aquí no hay normas: solo el placer de probar.
Cada visita se convierte en una experiencia diferente, ya que el menú varía ligeramente entre estaciones o según la creatividad del chef. Desde opciones más tradicionales como croquetas o empanadas, hasta combinaciones sorprendentes como el pato con kimchi o la coliflor con mejillón y curry de coco , la carta demuestra que la cocina de autor también puede ser cercana y asequible.
Reconocida entre las mejores aperturas de 2024
La calidad de Casa Lucita no ha pasado desapercibida. El local ha sido seleccionado como una de las 41 mejores aperturas de España en 2024 en los prestigiosos TheFork Awards , organizados junto a Mastercard . Este reconocimiento es especialmente significativo porque los nominados son elegidos por un jurado de chefs con estrellas Michelin , como Martín Berasategui , Dabiz Muñoz , Elena Arzak o Jesús Sánchez (chef de El Cenador de Amós).
Este tipo de galardón no solo reconoce la excelencia gastronómica, sino también la capacidad de generar una propuesta fresca, valiente y con impacto local .
Ubicación estratégica y ambiente cercano
Situado en Muriedas , a escasos minutos de Santander , el local ofrece una alternativa ideal para quienes buscan una experiencia gastronómica de calidad fuera del circuito habitual . La atmósfera de Casa Lucita es cercana, sin pretensiones, con un trato amable y un ritmo de cocina que invita a quedarse largo rato.