Cuando la compañía de cohetes Blue Origin no consiguió un contrato con la NASA para un módulo de aterrizaje lunar en abril de 2021, su fundador, Jeff Bezos, estaba furioso. Blue Origin llevaba años trabajando en un prototipo de módulo de aterrizaje, con la esperanza de arrebatarle financiación —y algo de fama— a SpaceX, de Elon Musk, para entonces un socio de confianza de la agencia espacial estadounidense. Apenas cuatro meses después del inicio de la administración Biden, Bezos comenzó a reunir abogados para presentar una protesta formal ante el gobierno federal. Según el último despacho del periodista Christian Davenport desde la carrera espacial de alta tecnología, "Rocket Dreams", Bezos también planteó una pregunta: "¿Cómo haríamos esto si la NASA no existiera?".
La respuesta: constru