Algo debe tener la política que enloquece a la gran mayoría de los que participan en ella, del color que sean es lo mismo, tricolores, azules, guindas, todos y todas apenas llegan a ocupar un puesto de elección popular y ya sienten que pueden comerse al mundo a puños, no se les ve gran talento o trabajo en su actual encomienda, pero creen son merecedores a ir más allá, ser hasta presidentes o presidentas.
La gran mayoría de los políticos encumbrados, aunque sigan sin cumplir las promesas de campaña que le hicieron a la ciudadanía para llegar a los cargos que hoy ostentan gracias al voto popular ya se andan anotando para dar el salto a un puesto de mayor importancia o por lo menos más rentable para ellos.
Regidores que todavía no entienden ni la razón de su encomienda, ya sueñan con una c