Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un chicharrón de pescado, yuquita frita, salsa criolla y mayonesa. Para tomar pidió una jarrita de naranjada. “María, con mucha pena e impotencia, he visto cómo se viene maltratando a los turistas que han llegado al Cusco para conocer Machu Picchu, una de las nuevas siete maravillas del mundo. Ayer, la Policía tuvo que rescatar a decenas de visitantes atrapados en Aguas Calientes y alrededores, pues manifestantes han bloqueado la línea férrea exigiendo el traslado de buses de la nueva concesionaria que debe llevar turistas a la ciudadela.
“Somos rehenes, por favor, ayúdennos” , claman los visitantes foráneos. Muchos acudieron con sus hijos a Machu Picchu y se quedaron sin dinero para la comida y el hospedaje. La situación es caótica