Son de Ramón Jesurun, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, las frases “los verdaderos dueños del fútbol nos reeligieron” y “el fútbol tiene dueños”.
Podrá sonar déspota y hasta intransigente pero es, en la teoría, una incómoda verdad: el fútbol es un negocio privado que explota la sensibilidad del hincha mediante agresivas y muy dulzonas estrategias de mercadeo, después de las cuales no le debe a nadie la menor explicación. Hasta ahora...
Porque resulta que esos dueños tienen un problema nuevo para el que nadie los preparó: el poder de las redes sociales. Hoy resulta que si al que paga el abono y compra cada seis meses la camiseta no le gusta el técnico o el delantero o el presidente, lo matonean hasta que lo sacan del camino. Nadie dice que está bien. Solo que se volvió pan