Cada mañana, millones de personas en todo el mundo eligen lo que van a desayunar, tal vez sin imaginar que esas pequeñas decisiones diarias pueden afectar su salud décadas después. Un plato de cereales, una tostada con mermelada comercial o una fruta fresca y un puñado de frutos secos: opciones simples, que según la ciencia , podrían marcar la diferencia entre una vejez saludable y la aparición temprana de enfermedades como la demencia.
El vínculo entre los hábitos alimentarios y el riesgo de múltiples patologías ha dejado de ser una sospecha para convertirse en una certeza estadística, respaldada por investigaciones rigurosas.
Dietas poco saludables: un camino a la multimorbilidad
Durante 15 años, un equipo de investigadores siguió de cerca a casi 2.500 adultos mayores en S