Durante más de 15 años, Patrick Kearney se mantuvo oculto a simple vista. Era el típico vecino discreto, ingeniero mecánico, cortés y de aspecto frágil. Sin embargo, detrás de esa fachada, construyó una de las trayectorias criminales más escalofriantes de Estados Unidos .

Entre 1962 y 1977, más de 40 jóvenes desaparecieron en el sur de California. Sus restos, hallados en bolsas de basura al costado de las autopistas, revelaban una frialdad meticulosa y un patrón inconfundible. Así nació el apodo que sería temido en toda la costa oeste: " el asesino de las bolsas de basura" , según registró Los Angeles Times .

Una infancia en sombras

Kearney nació en Texas en 1939 y, desde su niñez, quedó marcado por las heridas de la violencia. Creció en una granja donde su padre, un hombre

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